Acoso maternal: cómo identificar que eres víctima de violencia por ser mamá

Acoso maternal: cómo identificar que eres víctima de violencia por ser mamá

Muchas mujeres en México son víctimas de este tipo de abuso, ya sea que estén embarazadas o no

Históricamente, las mujeres han sufrido de violencia por la gran desigualdad que existe entre los sexos, misma que es sustentada por la idea de una inferioridad por parte de las mujeres ante los hombres y se puede encontrar en cada aspecto de la vida cotidiana, por ejemplo, en el trabajo.

Debe entenderse que, cuando hablamos de violencia de género, nos referimos a cualquier acción o conducta, basada en el género, que cause la muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico. Estas agresiones pueden tener lugar de manera pública o privada.

Sin embargo, cuando la violencia se ejerce antes o después un embarazo, pasa a otro término conocido como “maternal mobbing», que se define como el acoso a una mujer que está embarazada o se encuentra en cualquier condición médica relacionada con el embarazo.

El maternal mobbing o acoso materno incluye también a hombres que se han tomado una licencia por paternidad, la cual ofrece a las y los trabajadores derechos que les permitan cuidar del recién nacido.

¿Qué acciones se consideran acoso materno?

  • Tratos humillantes.
  • Abuso emocional.
  • Remoción del espacio de oficina.
  • Degradación o disminución salarial.
  • Reubicación del lugar de trabajo.
  • Cualquier acto de presión con la intención de obligar al empleado o empleada a renunciar.

¿Cómo puedo identificarlos?

Los compañeros de trabajo e incluso los jefes pueden tener actitudes y comportamientos hacia la persona, los cuales se pueden identificar fácilmente si se tienen en cuenta los siguientes ejemplos:

  • Manipulación de la reputación de la persona.
  • Aislamiento del equipo.
  • Asignar tareas que no corresponden a las capacidades.
  • Imponer metas imposibles o fechas de entrega que no podrán ser cumplidas.

Lamentablemente muchas mujeres en México son víctimas de este abuso, ya sea que estén embarazadas o no. En entrevistas de trabajo es común que se les pregunte si están casadas o embarazadas y en caso de una negativa, se les cuestionan las razones y si existen intenciones de hacerlo en un futuro.

Por otro lado, cuando ya se está dentro del empleo y la empleada da aviso de que se encuentra embarazada, reclamar la situación culpando a la mujer: “¿por qué me sales con esto?, después de todo lo que hemos hecho por ti, o amenazas respecto al permiso para faltar al trabajo: “ni creas que te vas a ir de vacaciones pagadas”, son algunos ejemplos de acoso materno.

Violencia de género en el trabajo

De acuerdo con un estudio realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que se centró en la violencia de género en el ámbito laboral, se explica que “la distinción entre género y sexo es usada para explicar la subordinación de las mujeres como algo construido socialmente”, misma que es evitente en los centros de trabajo de México.

Ahora bien, cualquier tipo de violencia que una mujer sufra en un ámbito de trabajo, se le denomina violencia laboral sin importar que se ejerza en el sector público o privado y de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este tipo de violencia vulnera la dignidad, seguridad, salud y bienestar de todas las personas.

Un acto de violencia en el trabajo puede ir desde la agresión física como lanzar objetos de trabajo como una pluma o un expediente, hasta acciones como golpear un objeto cercano a ti o hacer un ademán simulando un ataque, y aunque esto no genere una lesión evidente en el cuerpo, sí es una forma de violentar.

Los ataques pueden ir en aumento con conductas como empujones, manotazos o golpes con la intención de herir que a pesar de ser graves, no demerita a los anteriores ejemplos de agresión.

por El Sol de México

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