La conmovedora historia de la enfermera de 78 años que rechazó su jubilación para atender a pacientes de COVID-19 y murió por la enfermedad

La conmovedora historia de la enfermera de 78 años que rechazó su jubilación para atender a pacientes de COVID-19 y murió por la enfermedad

A pesar de su edad, Betty Grier Gallaher no sentía miedo ante la emergencia sanitaria y siempre demostró su cariño hacia su trabajo, pacientes y colegas

Betty Grier Gallaher es una enfermera de Alabama, Estados Unidos, que trabajó más de 40 años en la sala de emergencias. A diario, recorrió los pasillos para atender a sus pacientes como si fueran de su familia y ayudaba a sus compañeros que recurrían a ella por su experiencia y cariño. Si bien pudo haberse jubilado, prefirió seguir en la primera línea de defensa contra la COVID-19, enfermedad que sería la responsable de su fallecimiento.

Gallaher, de 78 años de edad, atendía en el Coosa Valley Medical Center, donde además de ser una dedicada enfermera, se convirtió en una mentora para las profesionales jóvenes que llegaban a la institución médica, situación por la cual fue conocida con el apodo de “Miss Betty”.

En cuanto los primeros casos de coronavirus llegaron al hospital, en marzo de 2020, sus compañeros y gente cercana le pidieron que permaneciera en su casa para evitar que se contagiara, pues al ser una persona de la tercera edad, se encontraba dentro de la población de riesgo ante el virus. Sin embargo, su sentido de la responsabilidad no le permitió alejarse de la emergencia sanitaria.

A lo largo de los meses se mantuvo infranqueable ante el SARS-CoV-2, pero durante diciembre, el virus encontró una debilidad en su sistema inmune y la infectó. A pesar de la lucha que inició para vencer la enfermedad, Gallagher murió el 10 de enero, tan sólo un día antes de cumplir 79 años.

“No lo hizo para sobresalir”, comentó con orgullo su hija Carson Grier Jr. a los medios de comunicación locales: “Lo hizo porque así es ella, esta era su vocación. Este era su propósito y plan para su vida”.

Su labor dejó una semilla en el personal médico incluso 50 años más joven que ella. Se aprendía el nombre de todos sus colegas, el de sus familiares y disfrutaba enseñar a las generaciones novatas, dijo Nikki Jo Hatten, supervisora y enfermera de emergencias de Coosa Valley.

“Betty era del tipo de persona que se preocupaba de la misma manera por sus compañeras que por sus pacientes. Ella te detenía aunque estuvieras ocupado, sólo para asegurarse de que estuvieras bien”, resaltó Hatten, quien concluyó describiéndola como una “cura para un ataque de ansiedad”.

A través de su cuenta de Facebook, el personal de Coosa Valley le dedicó algunas palabras en donde reconoció su labor y actitud que mostraba los pacientes que llegaban a la institución: “Siempre tenía una sonrisa en su rostro. Encarnó el espíritu de cuidar a los pacientes tanto en cuerpo, como en mente. Fue gentil y se preocupó profundamente por ellos. Lamentamos su pérdida y celebramos su vida”.

por Infobae

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