En quienes se declaraban como personas que «no hacen ejercicio», varias rachas cortas de actividad a lo largo del día fueron vinculadas con beneficios para el sistema cardiovascular.
Según un estudio publicado este martes, las pequeñas rachas de actividad física a lo largo del día, por pequeñas que sean, pueden ayudar al corazón, especialmente en el caso de las mujeres.
El estudio, publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, descubrió que, en personas que no hacían ejercicio, estas breves ráfagas de actividad vigorosa en la vida cotidiana, como llevar bolsas de la compra al auto o subir un tramo de escaleras, pueden tener un gran efecto ante el riesgo de cardiopatía.
La investigación se suma a un creciente conjunto de pruebas que demuestran que incluso pequeñas cantidades de ejercicio son buenas para la salud. Y pueden ser especialmente beneficiosas, según los expertos, en Estados Unidos, donde cerca de una cuarta parte de los estadounidenses no realiza ninguna actividad física fuera del trabajo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
«La gran conclusión es que no importa cómo se ejercita, lo único que importa es que se ejercite más», afirmó la Dra. Meagan Wasfy, cardióloga deportiva del Mass General Brigham de Boston, que no participó en el nuevo estudio.
La investigación analizó los datos de unas 22,000 personas de entre 40 y 69 años del Biobanco del Reino Unido que se autoproclamaban «no deportistas». Todos usaron un rastreador de actividad durante una semana de 2013 a 2015. Como promedio, los hombres en el estudio tuvieron 11 ráfagas cortas de actividad vigorosa durante el día, algunas de las cuales duraron menos de un minuto, y las mujeres experimentaron alrededor de nueve. Según Emmanuel Stamatakis, catedrático de Actividad Física, Estilo de Vida y Salud de la Población de la Universidad de Sidney, que dirigió el estudio, la actividad vigorosa era de alta intensidad.
A continuación, los investigadores buscaron casos de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus hasta noviembre de 2022. Un número relativamente pequeño de personas –unas 800– sufrieron alguno de estos problemas cardiacos graves durante el periodo de seguimiento. Sin embargo, se descubrió que las mujeres que realizaban algo menos de 3.5 minutos de actividad vigorosa al día tenían un riesgo 45% menor de sufrir cualquier problema cardiaco que las mujeres que no realizaban ninguna actividad vigorosa a lo largo del día.
En particular, estas mujeres tenían 50% menos de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio y casi 70% menos de padecer insuficiencia cardiaca que las mujeres que no realizaban ningún tipo de actividad física intensa.
Los hombres obtuvieron un beneficio menor. Realizar unos 5.5 minutos de actividad física intensa al día redujo en 16% el riesgo de sufrir un problema cardiaco grave. Sin embargo, cuando los investigadores analizaron las afecciones cardiacas individuales, como el infarto de miocardio o el ictus, no se observó un beneficio claro.
Según Wasfy, del Mass General Brigham de Boston, las pequeñas dosis de actividad en la vida cotidiana tienen el mayor efecto positivo en las personas que no hacen ejercicio con regularidad.
«Se obtienen los mayores beneficios ante el riesgo de enfermedad cardiovascular cuando se pasa de no moverse en absoluto a hacer cualquier movimiento», explicó.
Las mujeres también obtienen más beneficios en cuanto a los minutos dedicados a la actividad física, lo que puede explicar por qué las participantes en el estudio, que realizaron menos minutos de actividad vigorosa, experimentaron mayores mejoras en cuanto al riesgo de enfermedad cardiaca.
«Las mujeres pueden obtener los mismos beneficios del ejercicio que los hombres, pero con dosis más bajas», afirmó Wasfy.
Carol Ewing Garber, catedrática de Ciencias del Movimiento y Educación de la Universidad de Columbia, en Nueva York, afirmó que una forma clave de mejorar la salud cardiaca es interrumpir los largos periodos de sedentarismo.
«Si la gente reparte su actividad a lo largo del día, esto puede tener un efecto muy poderoso en cosas como los niveles de glucosa en sangre», dijo Garber, y recomendó que las personas que tienen trabajos de oficina se levanten regularmente y den un paseo.
Garber insistió en que la gente debe esforzarse por hacer al menos 150 minutos de ejercicio a la semana.
«No me gustaría que la gente pensara que puede hacer esto uno o dos minutos al día y estar libre de enfermedades cardiacas», subrayó.
Stamatakis, autor del estudio, afirmó que las personas deberían intentar que estos breves periodos de actividad no planificados formaran parte de su vida diaria.
«Estamos hablando de un comportamiento regular y frecuente, no de algo rápido que se pueda hacer una vez cada unos pocos días», subrayó.
«Lo más importante no son las pequeñas cantidades de actividad», afirmó Stamatakis. «El hallazgo más importante es la constancia de la actividad»
por NBC News